Al ser una emoción como cualquier otra, el enojo hace parte de la vida del ser humano y por tanto todos estamos invitados a hacer lo necesario para su control y manejo. Considerando que puede pasar fácilmente de una irritación leve a una furia intensa, descubrir lo que sucede con nuestro cuerpo cuando nos enojamos es algo que hace posible obtener un panorama del daño físico que la mala gestión de esta emoción puede llegar a causar.
Puesto que el enojo es una respuesta adaptativa, se le considera saludable siempre y cuando no se convierta en ira y la persona disponga de las herramientas precisas para expresarse de manera constructiva procurando encontrar la manera de regresar a la calma.
Efectos del enojo a nivel físico
A pesar de que a simple vista estamos hablando de salud emocional, lo cierto es que si no existe el adecuado manejo estos episodios pueden dar pie a una serie de consecuencias en el organismo que van a interponerse con el bienestar en general. Por tanto es importante tener en cuenta que cuando una persona se enoja su cuerpo empieza a producir mayor cantidad de adrenalina logrando con ello el sentir posibles fallas en el control del equilibrio, asimismo es común la elevación del pulso cardíaco llevando muchas veces a taquicardias.
Respiración acelerada, jaquecas, dolores musculares y el inicio de complicaciones tales como gastritis, colitis e incluso dermatitis hacen parte de todo este conjunto de manifestaciones. No podríamos olvidar que el vivir continuamente esta clase de estados causa una baja en la potencia del sistema inmunológico.