Para algunas personas la música es sinónimo de diversión, mientras otras la consideran la voz del alma, una mezcla de sonidos que transmiten emociones.
Y es que quienes integran este último grupo, suelen experimentar diversas sensaciones al ritmo de alguna melodía, indiferentemente del género al cual pertenezca la tonada.
El ejemplo más popular de ello, es cuando a las personas se les pone la “piel de gallina” después de escuchar una canción.
Sin embargo, solamente a algunas personas se les eriza la piel luego de disfrutar una buena combinación de sonidos.
El secreto tras la música y la “piel de gallina”
Para revelar el misterio tras la música y la piel de gallina, Matthew Sachs, un antiguo estudiante de Harvard, en Massachusetts, realizó un experimento en el año 2016, demostrando que esta experiencia la viven aquellas personas con mayor densidad de fibras en un área específica del cerebro.
Siendo exactos, las fibras que conectan las emociones con la corteza auditiva, por ello, los músculos de los folículos pilosos se contraen erizando la piel.
En este sentido, quienes cuentan con esta particular estructura cerebral, son capaces de percibir un mayor número de emociones al oír una canción.
Algunos detalles del estudio
La investigación de Sachs se llevó a cabo con la participación de unas 20 personas, divididas en dos grupos iguales: quienes afirmaron haber experimentado sensaciones con la música, y otras que no.
Los participantes también eran estudiantes y fueron sometidos a pruebas con escáneres cerebrales, lo cual ayudó a concebir los resultados.