Cuando el músculo del corazón deja de bombear la sangre con la misma eficiencia de siempre, se puede hablar de insuficiencia cardiaca, una afección importante ya que recordemos que la sangre es la que lleva el oxígeno a cada parte del cuerpo y ante su ausencia, la persona inmediatamente empezara a manifestar una buena serie de síntomas.
Si bien las insufiencias cardiacas pueden aparecer de manera repentina, existen factores de riesgo que pueden generarlas tal y como es el caso de válvulas cardiacas defectuosas, daños en el músculo cardiaco, enfermedades crónicas (hipertiroidismo-hipotiroidismo), consumo excesivo de ciertos medicamentos, la obesidad, la diabetes y la presión arterial alta que carece del respectivo control. Debido a que el corazón empieza a mostrarse cada vez más débil, ahondar en la sintomatología que puede ser un indicador de esta clase de desórdenes resulta ser algo de bastante provecho que literalmente podría salvar vidas.
Síntomas de la insuficiencia cardiaca
- Falta de aire: se trata de sensaciones de ahogo o dificultades respiratorias tal y como es el caso de la disnea que se da por episodios y de la ortopnea, esta última que se explica detalladamente en https://www.ortopnea.com/ ocurre de manera exclusiva cuando la persona se encuentra acostada ocasionando graves problemas para dormir en la noche.
- Retención de líquidos: esta retención suele disparar el aumento de peso y la hinchazón del abdomen, piernas y pies.
- Dificultad para concentrarse: un estado de alerta notablemente disminuido, continuas confusiones y alteraciones de la memoria.
- Cansancio constante: ante la falta de energía que poco a poco se va apoderando de la persona, esta empieza a sentirse cada vez más débil y fatigada, hacer ejercicio es algo que se dificulta demasiado.
¿Cuándo consultar al médico?
Aunque de acuerdo a la zona del corazón que se encuentre afectada será el tipo de insuficiencia cardiaca, de manera general se han identificado señales de alarma para que las personas en caso de experimentarlas hagan un alto en su vida y se tomen un tiempo para atenderse con el respectivo profesional.
Los continuos dolores en el pecho, una debilidad intensa, desmayos frecuentes, dificultades respiratorias repentinas, tos con moco rosa espumoso y latidos irregulares lentos o muy rápidos definitivamente son razones de peso para consultar en busca del respectivo diagnóstico y tratamiento.
Es fundamental hacer énfasis en lo trascendente de un estilo de vida sano, del adecuado control del estrés, de una alimentación equilibrada y de seguir los tratamientos al pie de la letra.