Una vez el funcionamiento del hígado empieza a deteriorarse, suelen hacerse visibles síntomas tales como dolor e hinchazón abdominal, pérdida del apetito, náuseas y cambios en la tonalidad de ojos y piel, los cuales suelen notarse un poco más amarillos, todo esto invita a consultar inmediatamente con el profesional de la salud y el considerar complementar el respectivo tratamiento con soluciones eficaces como el ajo negro, un producto proveniente de Asia con grandes propiedades para la salud que por lo mismo se ha hecho popular en Occidente.
Considerando que un hígado enfermo implica complicaciones para que el organismo libere las sustancias tóxicas que se acumulan, se sinteticen las enzimas y se almacenen ciertos nutrientes, es sumamente importante hacer lo que esté al alcance para superar estos obstáculos y desde la alimentación, el ajo negro se consolida como un excelente recurso.
El ajo negro y la salud del hígado
A partir de un proceso cuidadoso en el que intervienen factores como la temperatura y la humedad, se consigue que el ajo blanco se transforme en el ajo negro, tonalidad que si bien puede prevenir un poco no opaca el hecho de que de esta manera el ajo tenga un sabor más dulce y una textura más blanda.
A causa de sus propiedades antioxidantes, consumir ajo negro bien sea en ayunas o como parte de las diferentes recetas es algo muy positivo para el hígado pues de acuerdo a varios estudios, se logra una reducción en las lipoproteínas de muy baja densidad y los triglicéridos, algo esencial para el metabolismo de las grasas.
De otro lado, los aminoácidos y proteínas que contiene este tipo de ajo hacen las veces de escudo protector contra la hepatitis y la toxicidad que suele presentarse ante los diferentes desequilibrios que involucran a este órgano.
Dosis de ajo negro para el hígado
Para acceder con mayor precisión a los ingredientes activos de esta potente especia, lo que mejor resulta es comerla muy fresca y en ayunas, por lo tanto, con un diente por día es más que suficiente; se sugiere hacerlo por una semana y estar muy al pendiente de la reacción del organismo.
Si observa que todo va bien, se puede aumentar la dosis de 2 a 3 dientes de ajo por día, también es válido ocuparlo en las recetas que hacen parte del menú, así tendrá mayor versatilidad y no llegará a cansarse de su consumo, en el mercado es posible encontrar comprimidos y pasta de esta variedad de ajo.