Al hablar de células sanguíneas, definitivamente son muchas a las que podríamos hacer referencia, sin embargo, nos fijaremos en los eosinófilos, una variedad de glóbulo blanco que al tener estrecha relación con el sistema inmune, se convierte en esencial para nuestro bienestar y por lo mismo despierta gran interés al momento de recibir las analíticas.
Antes de conocer la función de los eosinófilos, resulta pertinente anotar que estos son producidos por la médula ósea, la cual los libera en el torrente sanguíneo para más tarde llegar a los tejidos conectivos en donde sobreviven alrededor de dos semanas. Se caracterizan por ser células con forma redondeada que alcanzan los 15 µm de diámetro, presentan granos específicos y como dato curioso, se sabe que pueden variar su morfología de acuerdo a la especie.
La función de los eosinófilos
Si bien la función de los eosinofilos no se conoce de manera tan profunda como si sucede con otras células, de manera tradicional, suelen ser asociados con la defensa frente a parásitos ya que tienen la capacidad de reconocerlos y liberar las sustancias que contienen sus granos para provocar su destrucción. De igual manera, tienen mucho que ver con las reacciones alérgicas, inflamatorias e inmunes que se dan en lugares concretos del cuerpo, especialmente las que tienen que ver con infecciones víricas respiratorias.
Ellos son los que básicamente responden ante patógenos de tipo bacteriano, parasitario o viral, por lo tanto, el desequilibrio de sus valores suele ser un signo de alguna enfermedad subyacente, así que, al tratar los síntomas de esta, seguramente las cosas volverán a la normalidad.
Diferencia entre eosinófilos altos y bajos
En primer lugar, los eosinófilos bajos se identifican a partir de cifras que están por encima de las 500 células por microlitro de sangre, un evento que da lugar a lo que se conoce como eosinofilia y que principalmente suele ser el resultado de alergias, asma fiebre del heno, rinitis alérgica, infecciones parasitarias y micóticas, cirrosis y eczema en el paciente.
Los eosinófilos bajos por su parte, se dan cuando la muestra arroja 50 células por microlitros de sangre y en este caso se le asigna el nombre de eosinopenia. Esta condición, corresponde a un claro riesgo para la persona y entre las causas que se distinguen para que se dé, sobresalen las alergias agudas, la extrema producción de esteroides en el organismo, el exceso de alcohol y las reacciones post operatorias considerables.