Cuando se habla de monocitos se está haciendo referencia a un tipo de glóbulo blanco que circula a través de la sangre y que llama la atención no solo por su tamaño ligeramente aumentado sino también por ser determinante para la respuesta inmune del organismo.
Es así como a partir de un análisis de sangre se hace posible conocer los valores de monocitos, una información que será complementada con la historia clínica del paciente y que llevará al médico a poder emitir no solo un diagnóstico sino también el respectivo tratamiento. Para ello el profesional deberá tomar como base los índices de referencia, los cuales ayudarán a determinar si la persona dispone de monocitos elevados, bajos o en equilibrio.
El aumento de monocitos y sus causas
Si bien la función principal de estos organismos celulares es la de proteger al cuerpo frente ataques de virus, infecciones y bacterias, un aumento de monocitos no puede verse como algo propiamente positivo ya que corresponde a una manifestación que anuncia una variación en el sistema inmune y esta como tal debe ser investigada.
El exceso de monocitos recibe el nombre de monocitosis y se diagnostica cuando en adultos supera un rango que comprende los 100 y 800/μL, mientras que en el caso de los recién nacidos corresponde a 400 y 3.100/μL como lo apropiado. Ahora bien, los valores de monocitos pueden elevarse debido a causas que incluyen desde infecciones bacterianas o virales, trastornos inflamatorios autoinmunes, algunos tipos de cáncer como la leucemia, infecciones cardíacas y aquellas que son transmitidas por parásitos, si quieres saber más al respecto puedes consultar en https://www.monocitos.org.
Síntomas y tratamiento de la monocitosis
Una vez la médula ósea empieza a producir grandes cantidades de monocitos, tiene lugar la condición médica llamada monocitosis, un estado que se desarrolla a partir de síntomas tales como cansancio, fatiga extrema, malestar y fiebre pero obviamente estas señales se encuentran sujetas al trastorno específico por el cual se encuentre pasando el paciente.
Respecto al tratamiento de la monocitosis, el médico deberá solicitar los exámenes y pruebas adicionales que considere pertinentes para establecer la causa subyacente, ya que esta condición es más que nada un síntoma que sustenta la existencia de alguna enfermedad. Los antibióticos parecen ser en primera instancia los recursos más utilizados en estas situaciones, sin embargo todo estará sujeto tanto al criterio médico como a los síntomas específicos que esté evidenciando el paciente, pues cada pequeño detalle debe tenerse en cuenta.